Esa noche un borracho se metió en nuestro carril, hijo mío, y por culpa de ese miserable y de esa maldita droga llamada alcohol hoy estoy yo aquí, sentado en esta silla, sin poder jugar contigo y sin mi hermano. Pero, tranquilo, aunque no pueda andar la vida me ha enseñado algo que yo hoy te enseño a ti: SI BEBES NO CONDUZCAS... porque no quiero que te conviertas en el culpable de algo así.
Mari Ángeles Rosales
Prueba rotunda de que el alcohol no solo causo daños directos al consumidor sino también daños colaterales que destrozan la vida de personajes ajenas y totalmente inocentes. Y como recalca la autora de microrrelato: SI BEBES NO CONDUZCAS. Mensaje que debemos tener grabado muy bien en mente para evitar desencadenar catástrofes y dar origen a historias y situaciones como la que se refleja en el relato.
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