miércoles, 17 de junio de 2015

Mila

Mila tenía 56 años. Tras una larga enfermedad hoy 11 de Junio a muerto. Ella a causa de sus problemas familiares y no tener recursos económicos empezó a beber, y todos los problemas que le surgían los ahogaba en alcohol. Hace 1 año le detectaron cáncer en el hígado. Ya no se podía hacer nada por ella.

Laura Ruiz

lunes, 8 de junio de 2015

La suma

 Un hombre, un sábado por la noche iba borracho. Cruzó la carretera, un coche no lo vió y hubo un accidente. En el coche iban un padre, una madre y un hijo, en el asiento de atrás. Murieron cinco personas...

¿Por qué no cuadra la suma?




Francisco José Valle Romero

Soledad

 Estaba solo de nuevo, como siempre, bebiendo una y otra vez. Todavía se acordaba de todo. "Como si fuera ayer". Empezó a llorar, no lo había superado. Lo recordaba todo, las caras, sus gritos, sus lágrimas. De repente, se dio cuenta de que lo estaban llamando, era la hora de volver a la celda.

Antonio Manuel Martínez Poyato

NOTICIA DE ÚLTIMA HORA

Sábado, doce de la noche. La niña se prepara para ir a una fiesta. La madre le aconseja de que no beba si va a coger el coche. Ella se lo promete.
NOTICIA DE ÚLTIMA HORA: dos jóvenes mueren a mano de un automóvil por culpa del alcohol.

Mª Carmen Romero

Reflexiones


Beber me relaja.
Me hace grande, importante.
Cuando bebo me siento seguro.
Pero sé que me estoy matando.


MªJosé López

EL HOSPITAL


Rosalí era una enfermera eficiente que la mayoría de los días trabajaba en el turno de noche en el hospital de su ciudad. Era una chica bastante tímida y retraída, pero era buena en su trabajo.
Un día su vida giró cuando conoció a Sebastián, un enfermero algo extraño, pero con apariencia afable y cariñoso con los enfermos. Hicieron buenas migas en un principio, ya que pasaban muchas horas juntos y las noches a veces resultaban largas si no había mucho trabajo que hacer, pero Sebastián guardaba un secreto. 
Pronto empezaron a faltar medicamentos en el almacén que tenían en la planta; se abrió una investigación y pillaron a Sebastián por las cámaras de vigilancia robando los medicamentos para su consumo, añadiéndole alcohol de por medio, y todo se lo tomaba en horarios de trabajo.

Sebastián fue amonestado y se dio de baja. Encontró mucho apoyo en la psicóloga del hospital, pues ella le orientó y con la ayuda de Rosalí salió del mundo alcohólico donde se encontraba sumergido. Ahora Sebastian y Rosalí son una pareja feliz y juntos han formado una familia junto a su hija Paula, de dos años. Ella ha sido la fuerza para cambiar la situación insostenible que llevaba su padre.

Miriam Ruiz

lunes, 1 de junio de 2015

Creía que me haría más feliz

Creía que me haría más feliz, creía que me iba a olvidar de todos mis problemas, creía que me iba a divertir el doble, creía que el alcohol me iba a hacer bien en todo... En fin, creía mal. Pero nunca es tarde para darse cuenta, el alcohol me hacía que fuera feliz y olvidase mis problemas por un momento, luego me sentía aún peor de lo que estaba. 
A lo mejor me divertía, pero al otro día me arrepentía de todo lo que había hecho.

Paula Román

Ingleses en Mallorca


 
Marcus era un adolescente inglés, que al acabar sus estudios, sus amigos y el decidieron hacer un viaje. Habían oído a compañeros de otros cursos que Magaluf, en España, era un sitio genial: era barato, había alcohol y diversión durante todo el día. Se lo había dibujado como un verdadero paraíso. y decidieron realizar el viaje.
Al subir al avión ya comenzó la fiesta. Al llegar a la ciudad era un verdadero carnaval, los jóvenes disfrazados y borrachos estaban por toda la ciudad. Se comportaban como animales, no respetaban nada. 
Sus amigos lo invitaron a salir y a divertirse, comprobaron que tomar alcohol era demasiado barato. Marcus bebió demasiado y la fiesta continuó en el hotel. Un amigo suyo le propuso saltar desde el balcón de su habitación a la piscina, Marcus borracho no pensó en las consecuencias y lo hizo.
Ese salto acabó con su vida, con sus ilusiones, con su juventud...

Marcus fue un caso más de "balconing".



MªJosé López

Lágrimas Perdidas



«Buenos días, cariño. ¿Qué tal estás hoy?
Yo la verdad, no muy bien. He tenido días mejores, ¿sabes? 
Anoche llegué más tarde de la cuenta y...verás... me emborraché.
¡Ya sé que te prometí cambiar pero es tan complicado! 
No sabes lo difícil que se me hace soportar tu ausencia.
Aún sigo esperando que vuelvas a casa para que nos cuentes a Lily y a mí qué tal te fue en el trabajo. 
Absurdo, ¿no? 
¡Mira, te he traído flores!
¿Te gustan? 
Son margaritas, tus preferidas. 
Confío que te gusten, las compré con mucho entusiasmo. 
Espera que te las ponga. 
Así.
Escucha, te tengo contar algo muy importante: Lily se  marcha, se va para siempre.
¡Lo siento, sé que no puedo darle lo que necesita! 
Le he fallado... ¡Os he fallado! 
¡Sé que no soy un padre responsable, un verdadero padre! 
¡Lo siento, de veras! 
Pero, ¿qué quieres que haga, si aún sigo llorando en tu tumba?»

Miriam Kapela

Un final trágico



Todo comenzó en un día de feria, Sebastián iba en coche. Llegó allí con sus amigos y él no podía beber porque tenía que conducir, un amigo suyo le dijo que por uno no le iba a pasar nada. Entonces, el se bebió uno y luego empezó a beber más. Llegó la hora de volver, todos estaban borrachos y se fueron a su pueblo. El que iba conduciendo se le fue el volante y se salieron de la carretera. Al tener el accidente murieron todos.

Cristina Salguero

Los verdaderos y los falsos amigos.



Como cada sábado un grupo de amigos se reunían para salir de fiesta o para pasárselo bien después de una semana de estudios.

Un sábado de esos había una fiesta en la que todo el mundo hacía botellón, bebía, se lo pasaban bien y conocían a gente nueva. Ellos no iban a ser menos y  para no quedarse excluidos sin beber compraron entre todos algo de alcohol y se fueron.

Las horas pasaban y algunos de ellos empezaban a notar los efectos del alcohol, seguían pasando las horas e iban a peor; uno de ellos ya no sabía lo que hacia, lo que quería era seguir bebiendo en los momentos de descuido coja la botella y selo bebía a palo seco, hasta que dos de sus amigos se dieron cuenta y le quitaron la botella. Pero se volvía a repetir: él la cogía y ellos se lo quitaban para evitar que fuera a peor su estado y le pasara algo grave, al rato de volver a repetir lo mismo varias veces otros dos amigos ya hartos dijeron que lo dejaran que hiciera lo que quisiera; le quitaron la botella a los otros dos muchachos y se la dieron al otro. En ese momento todo quedó claro acerca de quiénes eran los verdaderos amigos , porque si lo fueran hubieran hecho como los otros dos, intentar que dejara de beber y no darle la oportunidad de que siguiera bebiendo más.


Manuel Cabezas