lunes, 24 de febrero de 2014

La última carcajada

Una noche todas íbamos muy contentas en el coche, yo iba conduciendo.
Habíamos bebido mucho alcohol en la fiesta, porque era el cumpleaños
de una amiga nuestra. Fue en ese momento en el que todo cambió, el
coche se me fue hacia la cuneta y entonces chocamos contra un enorme
árbol. La que iba en el medio de las que iban atrás de los asientos
salió disparada y atravesó la luna del coche... se puso en el capó. Las
que iban a su lado... ambas se dieron en la cabeza con el cristal de la
ventanilla. Y la copiloto también salió despedida. 
No llevábamos el cinturón puesto.
Todas mis amigas murieron, menos yo, que me salvé gracias
al airbag; sigo grave en la UCI. 
Pero preferiría estar muerta, antes de tener en mi conciencia las cuatro muertes de mis amigas.

MªÁngeles García

Antes de cerrar los ojos



De pronto tu visión se vuelve borrosa, ya no eres capaz de identificar las figuras que están a tu alrededor. Mientras caminas, tus piernas empiezan a temblar y tus manos se quedan entumidas sin poder moverse. Intentas dar un paso y luego otro, pero el frío que recorre tu cuerpo te estremece de tal manera que caes al suelo sin poder evitarlo. Después de un duro esfuerzo te sientas en el asfalto, apoyando tu espalda en la pared y esperando que a desaparezca ese terrible dolor de cabeza. Tras unos angustiosos minutos, tus riñones se paralizan, tu respiración parece ser escasa y antes de poder arrepentirte por haber tomado tantas copas, tus ojos se cierran para siempre.



Beatriz Benavente Caballero

Elixir

Y me dio un buen consejo. Me miró seriamente y me dijo: "Si alguna vez te quieres emborrachar, hazlo del elixir del amor".

Lucía Guerra

martes, 11 de febrero de 2014

AMISTAD

Eran amigos desde pequeños, tenían 14 y 15 años cuando probaron por primera vez el alcohol.
Desde entonces cada fin de semana bebían, así seguían hasta que  uno de ellos cumplió 18 años, se
sacó el carné de conducir y él pensaba que nunca le pasaría nada malo por conducir bebido.

Un sábado a las 6 de la madrugada cogió el coche para volver a su casa; esa noche no llegó a la
cama de su habitación sino a la camilla de un hospital. Estuvo 5 días en coma; a la semana, falleció.

Su amigo, desde aquella noche trágica, se dio cuenta de que por culpa del alcohol nunca vería vivo a su
amigo incondicional. Pocos días después  decidió ir a la tumba de su amigo y, con lágrimas
en los ojos, le prometió que jamas bebería alcohol.

MªJosé Barragán

Vida desilusionada

Era un matrimonio feliz, tuvieron una hija.

Al cabo de los años la madre entró en el mundo del alcohol, ella bebía sin conciencia y la hija lo
pasaba muy mal al ver que a su madre la estaba consumiendo el alcohol. El padre entró en una
fuerte depresión al ver destrozada a la mujer de su vida.

Pasaron días, meses... ya no soportaban mas esa vida de continuo sufrimiento.

Decidieron que la única esperanza de curación era un centro de desintoxicación.

Al cabo de unas semanas notaron la lucha de la madre y cada vez que iban a verla se llenaban de
alegría.

Ella sigue en el centro, esperan que una mañana salga de allí y vuelvan a ser la familia feliz que un día
fueron.

MªJosé Barragán

viernes, 7 de febrero de 2014

Traición

Tenía por seguro que no me correspondería, ella no se volvería tan loca por mí como yo lo hice por ella. Aun así ni quería ni podía olvidarla.
Sin su consentimiento yo me pasaba las horas a su lado, no me importaba su opinión, la necesitaba.
Nunca he creído en los flechazos que cuentan las películas y las novelas, yo confiaba en los amores que se forjan a fuego lento. Este no me pareció del todo así al principio, pero no me importó. Así no me quemaría, pensé olvidando que el hielo puede quemar tanto o más que el propio fuego.
El comienzo era frio, y me resultó sorprendente la temperatura que iba alcanzando a medida iba conociéndola, los grados se incrementaban conforme más cerca de ella estaba. No me preocupaba por la risa que un día me importó, no me preocupaba por las lágrimas que me amargaron el sabor de su boca. De nuevo la temperatura.
De todos los sentimientos, el más grande resultó ser el más doloroso. Desilusión, decepción y sobre todo traición, me había traicionado.
Creí que nunca lo haría, y mi botella de Ginebra acabó por quemarme.


María Pérez

Horas

Eran las cinco de la mañana, la mujer esperaba a su marido, como de costumbre. Él había salido la noche antes.

A las ocho del día siguiente, tocaron a la puerta; la mujer, nerviosa, esperaba la llegada de su marido y abrió. Eran dos policías.

Su marido estaba en la cárcel , habían visto como cogía a una chica de unos diecisiete años, lo había montado en el coche y se lo había llevado. Había aparecido en un barranco... violada y asesinada.

Ángela Barbero

lunes, 3 de febrero de 2014

Proceso

Te despiertas una mañana, te levantas de la cama, te vistes, no desayunas, coges dinero y sales de casa. Caminas por la calle, entras en un bar, te sientas en una banqueta, pides una copa, la agarras y la elevas hacia tu boca, el alcohol roza tus labios, dejas de existir.


Beatriz Benavente