Se alcoholizó

Se apoderó de él como nunca nadie lo había hecho y le manipuló como nunca él pensó que le podía pasar. 


Carlos Sepúlveda

El amor todo lo puede o, al menos, casi todo.

Papá y mamá se querían mucho, demasiado diría yo ¿eh?.

Mamá salía todos los días a tomarse algo para despejarse o eso me decía. 

Todos los días llegaba a casa borracha, el alcohol se había convertido en su lugar favorito. Había entrado en un círculo del que tristemente no podía salir; necesitaba ayuda. Yo estaba ahí,pero ella me ignoraba.

Papá era maltratado todos los días. Mamá necesitaba cada vez más ayuda.

Todo volvió a la calma, esa calma que nunca querría que llegase. 

Mamá fue atropellada y papá... 

Papá ya no estaba.

Carlos Sepúlveda

"Tranquilo, yo controlo"

Cuántas veces habré oído esta frase que lleva a la muerte o al accidente y, aun así, a sabiendas de que no, no controlan, se arriesgan a coger un coche que los llevará a un ataúd del que no saldrán, o a una silla de ruedas, de la que no se podrán levantar. 

Pero tú tranquilo, que a ti no te pasará nada, porque al igual que todas las víctimas, tú... controlas. 

Rosario Pozuelo

Mi vida y mi muerte

Vivía con el alcohol, salía con el alcohol, comía con el alcohol , dormía con el alcohol... en fin morí con el alcohol. 

Aquí tienes Miguel si no te gustan o algo me dices. Un saludo. 

Carlos Sepúlveda

Ana

Ana era una niña muy muy tímida la cual sufría bullying en el colegio y tenía unos padres alcohólicos y drogadictos. Ana no sabía que era mejor, si ir a la escuela para que se burlen de ella con la típica frase que les decían sus compañeros “Ana no está, Ana no está” o ir a su casa para que su padre y madre la maltraten y también le diga “Ana no está”. Un día después de haber recibido insultos de sus compañeros y una brutal paliza de sus padre, Ana ató una cuerda a un érbol y se ahorcó. Cuando su “familia” y “amigos” la descubrieron encontraron una nota en su bolsillo, la cual decía “Ana no está”.

Samuel García

El vagabundo.

Roberto iba a repartir mercancíaas al centro comercial y, al entrar con la furgoneta en el parking, vio un vagabundo tirado en el suelo con botellas de alcohol al lado, que parecía como desmayado o quizás estuviera muerto. Pero nadie se paraba, solo miraban. Rápidamente se bajó de la furgoneta para subirlo y llevarlo al hospital. Pesaba mucho, pero nadie se paraba para ayudar a subirlo a la furgoneta, pero consiguió subirlo solo. Al llegar al hospital le dijeron en urgencias que iba muy grave, tenían que operarlo rápidamente, si no... moriría. Roberto se quedó esperando hasta que acabara la operación, el pobre chico no tenía a nadie. Pasaron unas horas cuando salió el medico y le dijo que se había salvado gracias a él, que por el DNI que llevaba habían encontrado a sus padres. El jefe de Roberto lo llamó y le dijo que estaba despedido porque había abandonado su trabajo toda la mañana y no había hecho el reparto. Entonces le contó la historia del vagabundo, su jefe se quedó callado y le dijo que fuera rápidamente a su oficina. Roberto llegó a la oficina de su jefe desesperado, se había quedado sin trabajo y ahora no tenía con qué mantener a su mujer enferma y a sus tres hijos. Su jefe estaba muy serio, tenía una hoja en la mesa y le dio un boligrafo para que la firmara, cuando Roberto leyó el papel, quedó asombrado, era un contrato fijo como director de personal en la empresa..................el vagabundo que tenía problemas con el alcohol era el hijo del jefe .

Virtudes Gilgado León

No quería ser padre.

            No quería ser padre, pero lo iba a ser otra vez porque  su mujer estaba embarazada, ¿quién aguantaba otra vez los biberones, cambiar pañales y estar sin dormir por las noches? La muerte de su primer hijo había parecido un accidente; cuando el niño empezó a caminar lo había empujado por la  terraza.  Tenía pensado hacer lo mismo con su segundo hijo, pero su mujer  había empezado a sospechar de él...........la Guardía Civil lo detuvo por asesinato.

Virtudes Gilgado León