Eran las cinco de la mañana, la mujer esperaba a su marido, como de costumbre. Él había salido la noche antes.
A las ocho del día siguiente, tocaron a la puerta; la mujer, nerviosa, esperaba la llegada de su marido y abrió. Eran dos policías.
Su marido estaba en la cárcel , habían visto como cogía a una chica de unos diecisiete años, lo había montado en el coche y se lo había llevado. Había aparecido en un barranco... violada y asesinada.
Ángela Barbero
Me gusta este microrrelato, porque cuando bebes alcohol pierdes la conciencia y no eres capaz de controlarte y puedes llegar a hacer lo peor que te puedes imaginar como pasó en esta historia.
ResponderEliminarSara Risco