martes, 23 de diciembre de 2014

Monstruos

Elena está tan preocupada por los monstruos que imaginaba por la calle, que no se dio cuenta que el hombre con el que dormía se convirtió en uno. Se llamaba Pedro,  tenía 23 años, era joven y muy atractivo, pero le fallaba algo: su gran adicción a las drogas. Llegaba a casa furioso y lo pagaba con Elena, ella tenía miedo y eso hacia que su autoestima bajara y, a su vez, que sus ganas de autodestruirse aumentaran. Y así fue como cayo en el juego del alcohol. Trago tras trago, curaba falsamente las heridas que ese hombre le estaba provocando cada día.

Paula Román

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