- ¿Quieres?
+No gracias,
no bebo.
-Anda prueba
un poco, total una gota no hace daño a nadie.
+Bueno
tomaré un sorbo.
-¿Qué te
parece?
+No me gusta
su sabor.
-Siempre lo
dice todo el mundo cuando lo prueba, pero una vez que te acostumbras está
delicioso. Voy a por un vaso para ti.
+De verdad
que no quiero.
-Toma tu
vaso y, por favor, no lo rechaces, porque me ha costado lo suyo.
+Bueno, pero
sólo este y ya no tomo más.
(Pasado 30
minutos).
-¿Vamos a
por otra?
+Por
supuesto, pero esta vez pago yo.
(Ambos
estuvieron así toda la noche. Salieron de la discoteca e iban de camino hacia sus
respectivas casas, cuando uno de los chavales rompió el silencio y dijo):
-Tío, la
semana que viene tenemos que salir otra vez.
+Desde
luego, me lo he pasado genial.
(Y a eso
llaman pasárselo genial. Estos chavales con el paso del tiempo se darán cuenta
de que beber alcohol no es pasárselo genial, sino una pérdida de tiempo).
Miriam Ruiz Ledesma
Se empieza por una gota y se acaba por adiccion
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