domingo, 31 de enero de 2016

FORZADO POR EL ALCOHOL.


- ¿Quieres?
+No gracias, no bebo.
-Anda prueba un poco, total una gota no hace daño a nadie.
+Bueno tomaré un sorbo.
-¿Qué te parece?
+No me gusta su sabor.
-Siempre lo dice todo el mundo cuando lo prueba, pero una vez que te acostumbras está delicioso. Voy a por un vaso para ti.
+De verdad que no quiero.
-Toma tu vaso y, por favor, no lo rechaces, porque me ha costado lo suyo.
+Bueno, pero sólo este y ya no tomo más.
(Pasado 30 minutos).
-¿Vamos a por otra?
+Por supuesto, pero esta vez pago yo.
(Ambos estuvieron así toda la noche. Salieron de la discoteca e iban de camino hacia sus respectivas casas, cuando uno de los chavales rompió el silencio y dijo):
-Tío, la semana que viene tenemos que salir otra vez.
+Desde luego, me lo he pasado genial.


(Y a eso llaman pasárselo genial. Estos chavales con el paso del tiempo se darán cuenta de que beber alcohol no es pasárselo genial, sino una pérdida de tiempo).

Miriam Ruiz Ledesma

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