Cuando era pequeño, nunca tuve muchos amigos y prácticamente siempre estaba solo. Pero eso cambio hace un par de años, cuando al cambiarme de instituto hice nuevas amistades. En ese momento de mi vida me sentí muy feliz, sin saber que realmente estaba estropeándola. Mis nuevos "amigos" me obligaban a fumar porros y a emborracharme cada fin de semana, y yo me dejaba influenciar para no volver sentir la soledad. Un día, me hicieron probar la coca. Yo incluso maltrataba a mi madre para que me diera dinero para droga. Cuando me di cuenta de todo lo malo que estaba haciendo, me prometí cambiar y fui a un centro de desintoxicación, ahí fue donde me curé y pude salir adelante.
Paula Román
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