Yo, una niña de 16 años, estoy sentada en el suelo llorando; por culpa de mi padre, tengo las manos
manchadas de sangre. Mi padre, un obsesionado del alcohol, se pasaba todas las tardes en un bar.
Mi madre, mi hermano y yo siempre le avisamos de que si bebía mucho al final
moriría. Él, harto de escucharnos, siempre se cabreaba y se iba a su cuarto.
Un día le llevamos al
médico y nos dijeron que tenía un cáncer de hígado demasiado desarrollado, ya
no podían hacer nada. Al cabo de unos meses mi padre murió. Mi madre no ha sido capaz de superarlo y se
ha suicidado. Y ahora estoy sentada en el suelo llorando con mi hermano con las
manos llenas de sangre.
Claudia Gómez Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario