Era una niña que tenía miedo, su padre siempre llegaba en condiciones ebrias a casa, y lo que hacía era insultarlas a ella y a su madre. La madre mandaba a la niña a su cuarto, siempre para esconderla y para que no viera cómo su padre le pegaba, aunque la niña sabía lo que pasaba.
Un día, ya cansada de la situación, se armó de valor y llamó a la policía; solo quería que su madre y ella fueran felices y dejaran de sufrir.
Laura Ruiz
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