Inexplicable. No tenia palabras. Si estaba nervioso, me tranquilizaba; si estaba ansioso, me relajaba. ¿Mis problemas?, se olvidaban, pero me hacia sentir mal, la peor sensación que he sentido en mi vida. Pero, aun así, volvía, y esto me hace cada vez más daño... pero no puedo parar. Esta es la historia, de cómo, poco a poco, mi voluntad va destruyendo a mi persona, con la única ayuda del alcohol.
Esteban Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario