Es
tiempo de empezar, de no comprender, de lanzarse, de gritar, de correr, de
sentirse tan pletórico como nunca antes lo habías estado. Es tiempo de no
prestar atención a nadie, de ir a tu propio rollo, de ser narcisista, de fumar,
de beber, de cambiar tu personalidad, de dejar de comer, de obsesionarte con
alguien, de intentar vivir tu vida.
¡Corre, que el tiempo vuela!
El tiempo
corre y, de esta manera, si coges ese tren te enviará a la galaxia de los
niñatos, de los egoístas, de los malcriados, de los enfermos, de los
maltratadores, de los alcohólicos, de los asesinos, de los infelices.
¡Corre,
que el tren te está esperando y va a la velocidad de la luz!
Francisco Pinilla
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