martes, 17 de noviembre de 2015

Era una fiesta como otra cualquiera

Era una fiesta como otra cualquiera unos chavales de 13 años que querían divertirse. A uno se le ocurrió la gran idea de comprar una botella de alcohol y entonces todos empezaron a beber pero había un niño que no quería beber y los amigos le empezaron a decir que bebiese pero después de unos cubatas se cabrearon con él y le empezaron a pegar entonces el niño se golpeó la cabeza con una piedra y murió.

-¿Y así murió su hijo?- dijo el hombre al que le había contado esa historia.
-Sí- dijo el hombre sollozando.
-Lo tengo claro a mí hijo no le dejaré nunca que beba-dijo a aquel hombre.

Raúl Ortiz


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