martes, 17 de noviembre de 2015

Yo no entendía nada

Solíamos ser, solíamos hacer, solíamos disfrutar… Aquél fue el momento en el que nos dimos cuenta. El alcohol no era necesario para que ese momento fuera único, lo teníamos más que claro. Era un lugar especial, un momento único, irrepetible. Sin embargo, decidimos tomar un poco porque nosotros “controlamos”. Pero cuando quise abrir los ojos todo eran luces, sonidos extraños, pitidos, enfermeros… Al cual escuché decir que mi compañera no lo había superado.
Mientras, yo no entendía nada.


Álvaro López

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