miércoles, 6 de mayo de 2015

El círculo de la vida

María era una mujer madura de 70 años. Era alta y, en sus tiempos, tuvo que ser una mujer bella, pero su mirada era triste y desoladora. Desde que fue madre estuvo sufriendo con su marido por culpa del alcohol; vivió años muy duros hasta que este falleció por su enfermedad a causa de las bebidas. Ella sola fue capaz de enfrentarse a la vida y a tirar de sus cuatros hijos pequeños. Ojalá la desdicha de esta mujer se quedara ahí en esos años duros que pasó en su juventud, pero el fantasma del alcohol y las drogas volvía a llamar a su puerta. Su único hijo varón estaba enfermo y obsesionado con el alcohol y las drogas, era la propia imagen de su padre, aunque tuviera buen corazón  los vicios lo estaban transformando. Pidió ayuda a sus hijas ya mayores para solucionar el problema del pequeño de la casa. Pasaron meses muy duros yendo a centros de desintoxicación, ya que estaba muy afectado y era más grave de lo que la familia suponía.
Los médicos le advirtieron que si continuaba con la vida que llevaba le quedarían pocos años de vida, ya que su cuerpo estaba bastante castigado por los estragos del alcohol y las drogas. Miguel quería dejarlo, pero no podía, ya que era la medicina que necesitaba todos los días.
Pero su vida cambió en el momento en el que conoció a Lola, una enfermera que trabajaba en el mismo centro; ella le administraba la metadona que necesitaba, poco a pocofue soportando que la dosis fuera bajando hasta que se sintió limpio; de aquí surgió una buena amistad que luego se transformó en amor.
María, desde hace años, no sonreía, y ahora lo hace porque se siente tranquila de que su hijo vuelva a estar bien.


Miriam Ruiz

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