martes, 21 de enero de 2014

Aún no había llegado a la vida

Todavía sin haber llegado a la vida me había dado cuenta del daño que el alcohol podía hacer. Ella, mi madre, bebía copas y copas de ron, ginebra, whisky…  lo que hubiera por casa. La vida no le había sonreído nunca. Su marido, mi padre, la maltrataba porque creía que yo, su hijo, no era suyo. Insultaba a mi madre como si le fuera la vida en ello. El único momento de tranquilidad que tenía mi madre era cuando mi padre se iba a trabajar. Mi madre no paraba de repetirle que me parecería a él, y yo, desde el vientre de mi madre, deseaba no parecerme jamás a ese maltratador. Mi madre, con cada zarpazo que le propinaba decía que si no fuera su hijo que se dejaría matar, pero deseaba que la dejara darme a luz. Yo desde su vientre, me movía, intentaba gritar a mi padre para que parara de pegarla, pero era inútil. Intentaba darle patadas desde la barriga de mi madre, intentando que alguno de mis esfuerzos sirviera para que la dejara en paz.
Cuando mi padre se iba a trabajar, los malos momentos seguían. Mi madre se entregaba al alcohol, haciéndome palidecer y debilitándome poco a poco. Una de esas mañanas, mi madre se bebió una botella de whisky y después se cortó las venas. Murió desangrada y ebria.
Estaba borracha y, aunque morir era lo único que la alejaría del sufrimiento de su marido, si no hubiese estado ebria, yo estaría vivo. Y mi madre quizás... o quizás no. 
La diferencia entre el alcohol y tú es que él nunca muere. 

Francisco Pinilla

3 comentarios:

  1. Este relato es bueno para pensar en que los problemas no se arreglan con alcohol. No podemos solucionarlo con eso, ya que no solo nos dañamos a nosotros sino a nuestros seres queridos que no tienen culpa de nada y son los que más nos quieren.
    En la historia ocurre algo tan trágico como matar a tu hijo y no poderle dar vida. Hay que pensar en la vida del hijo que se lleva en el vientre y no perjudicarlo con malos hábitos para que pueda ver la luz. Por culpa de madres alcohólicas mueren sus hijos y ni si quieran les dan la oportunidad de vivir. Algo que me da muchísima pena...
    Muy buen relato que como he dicho antes me ha hecho pensar en la tristeza de todo lo comentado, enhorabuena.

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  2. Este relato nos hace pararnos a pensar por un lado en que algunas de las personas que beben están sufriendo conflictos emocionales como es el caso de esta mujer a la que su marido la maltrata cruelmente. Por otro lado nos refleja los perjuicios de la droga a la que se somete para aliviar su dolor que no es otra que el alcohol, aquel que junto con su desesperación hizo que ella misma acabase con su vida y con la de su hijo, haciéndonos ver que bajo la influencia de éste no podemos razonar ni tomar ninguna decisión correcta.

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  3. Este relato nos habla de dos cosas, del maltrato y el alcohol. La madre gracias al maltrato que le estaba dando su marido lo que hizo fue beber alcohol y esto no le beneficia en absoluto sino que al fin al acabo con dos vidas, con la suya y con la de su hijo.

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