Hace años que veo botellas de alcohol escondidas por toda la casa, la escucho vomitar cada mañana, observo que tiene más ojeras en su rostro lo la piel más rojiza.
Su mirada está
apagada y triste, se queja cada día del malestar que le produce el beber
alcohol. Pero él sigue con su rutina , sabiendo que se está matando poco a
poco, sin preocuparse por él ni por la gente que le rodea, porque los demás
sufren por él…
Soñamos que un día
deje de beber alcohol, que sonría, que nos mire y nos diga que por fin lo ha
dejado y ahora que por fin sepa ser feliz sin necesitar alcohol.
Este relato habla de la desolación que siente una familia o un allegado a la persona que lo está pasando mal por el alcohol. Ese chico por mucho que le intenten convencer del mal que le hace a él el alcohol no le importa, y no le importa por que está enfermo. El alcoholismo es una enfermedad mental y, como cualquier enfermedad, la debe tratar un médico. No podemos dejar pasar el tiempo y creer que ya se curará. Debemos actuar y sacar de ese abismo a nuestro ser querido. Él nos necesita.
ResponderEliminar¡Buen relato!