Ahora consigo recordar cómo poco
a poco se desvanecían mis fuerzas, cómo en tan solo décimas de segundos el
alcohol recorría mi cuerpo dejándome inmóvil, paralizado. Después de todo me
despido con mi botella en la mano, aun sabiendo que por ella estoy aquí, entre
estas cuatro paredes blancas y sobre esta cama, esperando a que al fin ella
termine con mi vida.
En este relato podemos ver como pueden acabar muchas muchas personas a causa del alcohol, entre cuatro paredes, paredes que puedes ser la cárcel, un psiquiátrico... El exceso de alcohol conlleva cosas así, y creo que si concienciáramos a la juventud de hoy día con ejemplos como este, no beberían tanto. Acabar en la cárcel por beber alcohol... ¿no es una tontería de la podemos prescindir? Yo creo que sí. Me ha gustado mucho este relato .
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