Aún recuerdo cómo empezó todo.
Aquellos niños inocentes que un día comenzaron a jugar y compraron una botella
de alcohol para divertirse. Aquellos muchachos que juntos empezaron a beber
todos los fines de semana, y que poco a poco se acostumbraron a tomar todos los
días en el parque, mientras borrachos hacían carreras con los coches.
Sí, eran aquellos jóvenes de los
cuales ahora sólo quedan sus cuerpos sin vida tendidos en la carretera,
esperando a que el juego termine.
La vida muchas veces nos pone trabas que debemos superar como es conseguir la madurez. A veces cuesta, y otras veces viene sola. Estos chicos comenzaron a beber por que era cosa de mayores y todo lo que no podemos hacer los pequeños nos llama la atención. Estos chicos acabaron así primero por desconocimiento de lo que es el alcohol y los prejuicios que tiene, y seguidamente acabaron así por que ninguno de ese grupo era lo suficientemente maduro y sus padres seguramente les habrían dado demasiada libertad. Este es un mensaje para todos los padres con hijos adolescentes: De puertas hacia fuera no sabéis que hacen vuestros hijos, no los controléis de forma enfermiza, pero sí aseguraos que no hacen nada que no vaya acorde con su edad.
ResponderEliminarBuen relato.
Una historia impactante y muy común que seguro que a muchos les ha venido recuerdos de personas conocidas. Algo tan normal de cómo muchos adolescentes crecen bebiendo y no aprendiendo. Algo tan terrible como la muerte es lo que les lleva a muchos. Algo tan absurdo como carreras ilegales que te pueden llevar a perderlo todos.Algo que parece un simple juego acaba con el juego más importante que existe: LA VIDA.
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